jueves, 21 de junio de 2007

Tercer Recuerdo

Algunos de mis recuerdos son prestados, no creo que el recuerdo le pertenezca absolutamente a nadie.

No sé, muchas veces, dónde comienzan los recuerdos y terminan los sueños de mi infancia.

En el patio de mi casa, mamá tenía plantadas zanahorias, té y había un árbol de ciruelas. Cuando queríamos un té, arrancábamos las hojas y las poníamos a hervir con agua. A veces yo me equivocaba, no sabía distinguir la hoja del té de los otros yuyos que tenía alrededor y que nunca supe para qué servían. Mamá tenía que salir al patio a buscar las hojas de té porque, de otra manera, nos íbamos a tomar una infusión de yuyo silvestre.

Me encantaba arrancar las zanahorias de la tierra para ver de qué tamaño estaban. Si no me parecían bonitas, las volvía a enterrar, esperando que mamá no se diera cuenta.

Cuando era temporada de ciruelas, me subía con mis hermanos al árbol para arrancarlas, las comíamos allí mismo, en el patio.
Cuando mamá salía a buscar las ciruelas, pensando que ya deberían estar maduras, se encontraba con que sólo quedaban las del tope del árbol, las que no habíamos alcanzado nosotros.

No creo que ella se enojara, no me acuerdo de que lo haya hecho.

No muchos niños alcanzan las ciruelas de los árboles.

1 comentario:

Unknown dijo...

AHHHHHHH este me encanta!!!! que lindo leer cosas que tienen que ver con los recuerdos de uno!

Bacteria

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